Elegir el peso adecuado de una manta ponderada para tu hijo es una decisión crucial que afecta tanto la seguridad como la eficacia. Una manta demasiado ligera no proporcionará los beneficios esperados, mientras que una demasiado pesada puede resultar incómoda o incluso peligrosa. En esta guía explicamos cómo encontrar el peso ideal para tu hijo.
La regla del 10% del peso corporal
El método más sencillo y utilizado es seleccionar una manta que pese aproximadamente el 10% del peso corporal de tu hijo. Esta regla funciona en la mayoría de los casos y es recomendada por terapeutas ocupacionales y pediatras.
Por ejemplo, si tu hijo pesa 30 kg, la manta adecuada debería pesar alrededor de 3 kg. Si el peso de tu hijo está entre los tamaños disponibles, elige siempre la opción más ligera. Tu hijo debe poder moverse libremente y quitarse la manta de forma independiente en cualquier momento.
Elección del peso según edad y masa corporal
Aquí tienes una guía práctica que te ayudará a elegir la manta ponderada para niños adecuada:
Manta de 2 kg (100×150 cm) funciona bien para niños que pesan 15-25 kg. Normalmente son niños pequeños de 3 a 6 años. Este tamaño es ideal para comenzar con las mantas ponderadas.
Manta de 3 kg (120×180 cm) es adecuada para niños que pesan 25-35 kg, de 6 a 10 años. El tamaño más grande asegura una cobertura completa del cuerpo para niños en crecimiento.
Manta de 4 kg (120×180 cm) está diseñada para niños que pesan 35-45 kg, de 10 a 14 años. Las mismas dimensiones que la manta de 3 kg, pero con más peso para niños mayores.
Manta de 5 kg (150×200 cm) es la opción para adolescentes que pesan 45-55 kg. El tamaño más grande, que también puede servir para adultos con menor peso corporal.
¿Cuándo elegir una manta más ligera?
En algunas situaciones, vale la pena elegir una manta más ligera de lo que sugiere la regla del 10%:
Si tu hijo nunca ha usado una manta ponderada antes, comienza con una versión más ligera. Esto permite una adaptación gradual a la presión adicional. Algunos niños aman inmediatamente la sensación del peso, otros necesitan tiempo para adaptarse.
Los niños con problemas respiratorios, enfermedades cardiovasculares u otros problemas de salud deben usar mantas más ligeras, siempre después de consultar con un médico.
Durante los meses más cálidos, una manta más ligera proporciona comodidad sin sobrecalentamiento. Nuestras mantas utilizan materiales transpirables, pero el peso genera calor adicional.
¿Cuándo considerar una manta más pesada?
Algunos niños prefieren una presión más fuerte. Si después de algunas semanas tu hijo dice que la manta es "demasiado ligera" o no notas mejora en el sueño, puedes considerar el siguiente nivel de peso.
Los niños con TDAH, autismo o trastornos del procesamiento sensorial a menudo responden mejor a una presión más notable. Sin embargo, cada niño es diferente: observa las reacciones y ajusta tu elección.
La seguridad es lo primero
Independientemente del peso elegido, recuerda estas reglas básicas de seguridad:
Las mantas ponderadas son adecuadas para niños de 3 años en adelante. Los niños más pequeños no deben usar mantas ponderadas debido al riesgo de asfixia.
Tu hijo debe ser capaz de quitarse la manta de forma independiente. Si tiene dificultades con esto, la manta es demasiado pesada.
La manta debe cubrir solo el cuerpo, nunca la cabeza ni la cara. Asegúrate de que tu hijo entienda esta regla.
Consulta con tu pediatra si tu hijo tiene algún problema de salud antes de introducir una manta ponderada en su rutina de sueño.
Resumen
Elegir el peso adecuado de una manta ponderada para tu hijo no tiene que ser complicado. Comienza con la regla del 10% del peso corporal, elige la opción más ligera en caso de duda y observa las reacciones de tu hijo. Una manta correctamente elegida ayudará a tu pequeño a dormirse más rápido, dormir más tranquilo y despertarse descansado.